¿Quién fue Hermila Galindo, la mujer que aparece en el nuevo billete de mil pesos?

Hermila Galindo es una de las personalidades históricas que aparece en el nuevo billete de mil pesos que el Banco de México presentó el 19 de noviembre de 2020.

De acuerdo con información que dio la institución, el nuevo billete de mil pesos es alusivo a la Revolución Mexicana, en el que aparecen Hermila Galindo, Francisco I. Madero y Carmen Serdán.

¿Quién fue Hermila Galindo?

Hermila Galindo Acosta, conocida como Hermila Galindo de Topete fue maestra, revolucionaria, feminista y política de la época posrevolucionaria.

Nació el 2 de junio de 1886, en Villa Juárez, en el municipio de Lerdo, en Durango. Su madre, Hermila, murió a los tres días de que ella nació, por lo que fue criada por su tía, Ángela Galindo, y por su padre, Rosario Galindo.

Pensaba estudiar Química en Estados Unidos. Era aplicada en la escuela y obediente a los planes de su padre. Sin embargo, la muerte del progenitor truncó ese proyecto de vida y se vio obligada a empezar a trabajar para salir adelante.

Por casualidad se topó con la política y en ese ámbito se quedó para siempre. Se convirtió en pionera de la lucha por la igualdad para las mujeres.

Hermila Galindo en la polítíca

La participación en la política de Hermila Galindo comenzó cuando todavía era estudiante. Recorrió el camino político de muchos revolucionarios; fue reyista, maderista y constitucionalista.

En 1909, el abogado, Francisco Martínez Ortiz, realizó un discurso a favor de Benito Juárez y contra Porfirio Díaz, que Hermila transcribió por saber mecanografía y taquigrafía. Cuando el alcalde de Torreón se enteró del discurso exigió que se entregaran todas las copias para evitar su publicación, pero ella conservó la suya.

Con el paso de los años, Hermila Galindo se mudó a Ciudad de México, donde se unió al Club Liberal Abraham González, para canalizar su sensibilidad hacia los problemas políticos y sociales en uno de los numerosos grupos de discusión en medio de la convulsión política.

En 1914, México era una nación sumida en el caos por la Guerra Civil. Ese año, después de la renuncia del presidente, Victoriano HuertaVenustiano Carranza llegó a Ciudad de México para celebrar el triunfo de su causa constitucionalista. En representación del Club Liberal Abraham González, Hermila Galindo pronunció un discurso en un acto en el que lo comparó con Benito Juárez. Impresionado por su oratoria, Carranza le pidió que se convirtiera en su secretaria privada.

Galindo viajó por todo México durante los siguientes años, organizando clubes revolucionarios en pueblos y aldeas, para difundir el mensaje de la ideología constitucionalista de Carranza, que hacía hincapié en defender la soberanía nacional y a la vez llevar a cabo una reforma social.

Aunque gran parte de la energía de Hermila Galindo se destinó a la propaganda de las fuerzas constitucionalistas, nunca descuidó la vertiente feminista; creía que debía constituir un aspecto importante de la Revolución Mexicana, tal y como señaló al resumir las discriminaciones legales contra las mujeres que se encontraban en el Código Civil de 1884, ley que concedía a las mujeres solteras adultas prácticamente los mismos derechos que a los hombres. Sin embargo, las mujeres casadas perdían estos derechos y se definían como ‘imbecilitas sexus’ (“un imbécil por razón de su sexo”).

En septiembre de 1915, Hermila Galindo fundó, junto a otras feministas, la revista La mujer moderna, que se publicó durante cuatro años. Durante ese tiempo, Galindo viajó a La Habana y a Colombia para explicar por qué la agenda de nacionalismo y reforma social de Carranza eran importantes no solo para México, sino también para América Latina.

Entre los individuos políticamente poderosos con los que pudo contar se encontraban dos líderes revolucionarios en el estado de Yucatán: Salvador Alvarado y Felipe Carillo Puerto.

Hermila Galindo no asistió al primer congreso feminista de México, celebrado en la ciudad de Mérida, Yucatán, a mediados de enero de 1916, pero envió un documento titulado “La mujer en el futuro”, que resultó ser una bomba al declarar que la Iglesia era un gran obstáculo para el logro de los objetivos feministas en México; en el texto pidió el sufragio de las mujeres, la legalización del divorcio y el fin de la cultura del machismo.

A pesar de la división de opinión que sus ideas generaron en el congreso feminista de Mérida, Galindo no se desanimó y continuó trabajando para la administración Carranza, con quien logró que se promulgara una nueva Ley de Relaciones Familiares, en 1917.

En diciembre de 1916, Hermila Galindo, de 20 años de edad, se convirtió en la presencia femenina más visible en el Congreso Constitucional, celebrado en Querétaro, para elaborar un documento político fundamental para el nuevo estado mexicano.

En 1917, se presentó como candidata a diputada del quinto distrito electoral de Ciudad de México, para presentar la causa del sufragio de las mujeres ante la nación. De manera sorpresiva resultó elegida, aunque la Cámara de Diputados de México le negó el resultado debido a su género.

En esos años, Hermila Galindo no solo fue una agitadora, propagandista y defensora de los derechos de las mujeres, sino que también se había convertido en periodista y editora altamente productiva. Además de su trabajo para la revista “La Mujer Moderna”, escribió cinco libros sobre diversos temas relacionados con la Revolución Mexicana, así como una biografía de Venustiano Carranza, pero para entonces, muchos mexicanos ya se habían desilusionado con un régimen que había prometido reformas sociales importantes, pero que no había entregado prácticamente nada a los millones de trabajadores pobres y desposeídos y campesinos sin tierra.

La sangrienta desaparición del régimen de Carranza marcó el final de la primera fase del feminismo mexicano, así como la repentina finalización de la carrera pública de Hermila Galindo. Si bien continuó escribiendo y publicando textos en los que reclamaba la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres, Galindo se retiró a la edad de 24 años para tener una vida privada más tranquila.

En 1923, se casó con Manuel de Topete, con quien tuvo dos hijas. Durante varios años vivieron en Estados Unidos y después regresaron a México.

Primera mujer congresista federal de México

Finalmente, en 1952, Hermila Galindo se convirtió en la primera mujer congresista federal de México y en 1953 vio realizado su sueño cuando el Congreso y el Gobierno de Adolfo Ruiz Cortines aprobaron la reforma al artículo 34 de la Constitución con el siguiente texto:

Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años de edad, siendo casados, o 21 si no lo son y tener un modo honesto de vivir”.

Voto de la mujer

El logro del voto de la mujer fue el resultado de la tarea realizada no sólo por Hermila Galindo, sino también por otras mujeres luchadora como Elvia Carrillo Puerto, Adelina Zendejas, Adela Formoso de Obregón Santacilia, María Lavalle Urbina y Amalia Castillo Ledón, entre otras.

Hermila Galindo de Topete murió en Ciudad de México el 19 de agosto de 1954. A pesar de su jubilación anticipada de la vida pública y de la consecuente pérdida de una de las personalidades más talentosas y persuasivas de la causa del feminismo mexicano, la lucha por los derechos de las mujeres se ralentizó, pero no por completo. Las mujeres de México tuvieron que esperar hasta 1958 antes de que recibieran la plena igualdad política.

En el recuerdo siempre quedará la labor incansable de Hermila Galindo, no solo pionera en la consecución de los derechos políticoslaboralessociales y educativos de las mujeres en México y en América Latina, sino también considerada la primera diplomática en el país.

 

 

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