El domingo 27 de octubre hay que cambiar la hora: se atrasa el reloj y a las 3:00 volverán a ser las 2:00. Con ese gesto entraremos en el horario de invierno que estará vigente hasta el mes de marzo.
Este cambio de hora se realiza dos veces al año, a finales del mes de marzo y el último fin de semana del mes de octubre, para que los los horarios se adecuen a aprovechar más horas de luz natural y provocar así un mayor ahorro energético.
La Comisión Europea presentó una propuesta para poner fin a los cambios de hora durante 2019. En un principio el 31 de marzo de 2019 iba a ser el último cambio de hora que se realizaría en la Unión Europea, pero el Parlamento Europeo ha retrasado hasta 2021 la eliminación de los cambios de hora propuesto por la Comisión Europea.
Los Estados miembros deben comunicar como muy tarde en abril de 2020 si se quedarán con el horario de verano o con el de invierno. Si optan por la primera opción, el último cambio de hora tendrá lugar en marzo de 2021, mientras que el reloj se cambiará por última vez en octubre de 2021 en aquellos países que decidan permanecer en el horario de invierno. Pese a la petición del Parlamento Europeo, los Veintiocho volverán a debatir sobre esta cuestión en junio.
Comienza el horario de invierno
Como es habitual, el último domingo de octubre (este 2019 es el 27), en la madrugada del sábado al domingo, se producirá el cambio de hora. A las tres de la madrugada habrá que retrasar el reloj hasta las dos (una hora menos en Canarias), de tal forma que ese día dormiremos una hora más.
Con el horario de invierno, los días serán más cortos porque amanecerá más temprano y anochecerá antes. Este cambio se realiza en base a la Directiva Europea 200/84CE -de obligatoria aplicación en todos los países miembros de la UE- que también determina la aplicación del horario de verano a finales de marzo.
Según especificaba la Comisión Europea en 1999, además de para el ahorro energético y aprovechar las horas de luz natural, el cambio se traduce para beneficiar a «los sectores del transporte y las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo, la salud y el turismo».
La cara y la cruz del cambio de hora
A pesar de todo, los cambios de hora también tiene sus efectos negativos en los ritmos circadianos de los ciudadanos, y existen estudios que demuestran que, entre otras cosas, aumentan los accidentes de tráfico por estar despiertos una hora antes o después.
Por ese motivo, entre otros, el Parlamento Europeo debate la posibilidad de eliminar los cambios de hora a partir de 2021. De hecho, la institución europea realizó una consulta pública en 2018 en la que, el 80 % de los 4,6 millones de ciudadanos europeos que participaron, se mostraron a favor de terminar con los cambios de hora. Así pues, aunque todavía no hay una decisión firme, es muy probable que en un futuro próximo no se vuelva a cambiar de hora ni en primavera ni en otoño en el marco de la Unión Europea.